15-05-2009 / Vannucci, Torrente, Maglietti y Slapka reparten su tiempo entre la pasarela y el arte. Algunas desean exponer o vender sus primeros cuadros, otras reconocen su pasión como algo hereditario. Cómo incorporan esta nueva actividad en sus vidas y en qué encuentran inspiración estas musas que tomaron el pincel.
Por Melisa Miranda Castro
mmiranda@revista7dias.com
Haciendo una mirada en la historia del arte, pintores y escultores de todos los tiempos han inmortalizado a sus bellas modelos en los lienzos. Pero las musas se cansaron de formar parte del proceso creativo aportando su figura y decidieron pasar al otro lado del atril. Un costado poco conocido de algunas mannequen argentinas es su gusto por la pintura. Hay muchas que sueñan con exponer sus cuadros y algunas concretaron sus primeras ventas.
“Me apasiona cantar, pintar y hasta cocinar. Planeo estudiar canto y comenzar la carrera en Bellas Artes”, contaba Florencia Torrente hace unos años. En ese momento la hija de Araceli ni siquiera sospechaba que en 2009 iba a vender su primer cuadro en la feria Purodiseño y que su comprador iba a ser Benito Fernández. La obra en cuestión era un desnudo femenino.
Flor Torrente descubrió su gusto por la pintura en el secundario; trazando rostros y expresiones se dio cuenta que tenía talento para esto, y su tiempo sobre la pasarela no le impide dar rienda suelta a su creatividad.
ÓLEO EN LAS VENAS. Pía Slapka, Victoria Vannucci y Alejandra Maglietti tienen algo en común, el arte corre en la familia. Pía tiene en su árbol genealógico a un reconocido exponente argentino. “Lo llevo en la sangre. Mi abuelo es el pintor Horacio Butler. Mi papá también estaba relacionado con el arte, no necesariamente con cuadros, pero sí hacía cosas con papel maché y esculturas”, explica a 7 DÍAS.
En el caso de las modelos de Leandro Rud, Vannucci y Maglietti, la influencia familiar es más cercana. La chica “Doritos”, Alejandra, tiene varias tías que exponen y hasta su abuela le da consejos. Desde los ocho años Alejandra empezó a ir al taller de una de sus tías. “Mi mamá me metía en la cabeza que los Maglietti tenían facilidad para la pintura y yo me creía que podía ser la reencarnación de Van Gogh o algo así (risas). Cuando mi tía vuelva a Buenos Aires voy a retomar las clases, a ver si algún día puedo hacer una exposición acá”, dice Maglietti. La rubia del particular acento hizo algunas muestras en Formosa, su tierra natal, cuando era estudiante. Ahí pudo vender sus primeros cuadros a 100 pesos, “pero para mí era todo un capital”, afirma entre risas.
Victoria, que todavía no se anima a pintar cuadros, aprende con su hermana mayor. “Yo hago más dibujos que otra cosa. Todavía no me animé al lienzo porque me falta, así que por ahora lo que hago es dibujar”, admite.
Las tres tienen estilos muy diferentes. Maglietti, por ejemplo, adora pintar paisajes típicos de su provincia. Su pincel se inspira “en los atardeceres, en las noches, en el río, pero no cualquier río sino en el que yo nací porque me retrotraigo a esos momentos de mi vida cuando era chiquita”, asegura. Retratar un desnudo femenino es una asignatura pendiente para la modelo que admira el realismo del que Salvador Dalí hizo de su mujer Gala.
A Pía Slapka, en cambio, le gusta el arte abstracto. Dio sus primeras pinceladas en el colegio y en 2003 redescubrió su pasión. Su principal inspiración son los colores. Todavía no hizo públicas sus obras (salvo para los amigos que frecuentan su casa), pero está preparando una muestra para este año o el próximo. Todavía no vendió ninguna de sus piezas pero le regaló una a Mirtha Legrand, que está colgada en la casa de Nacho Viale.
La modelo de Multitalent no se identifica con ningún pintor y prefiere no mirar demasiado a otros artistas para no contaminar su sello personal. “No visito museos porque siento que uno va absorbiendo todo lo que ve y, entonces, si ves obras de arte, tal vez, inconscientemente, lo volcás a lo que vos pintaste y queda como copia. Prefiero inspirarme viendo otras cosas, no obras”, confiesa a 7 DÍAS.
Vannucci, cuyo artista preferido es Amadeo Modigliani, es mucho más tímida y todavía no piensa en exponer porque siente que necesita seguir estudiando. Está dando sus primeros pasos y dibuja caras y retratos y a veces plasma “cosas locas” de su imaginación. “Mi arte lo guardo en el baúl de mi coche porque me da vergüenza mostrar lo que yo dibujo porque me siento muy inferior a mi hermana, entonces no quiero que me los miren mucho”, explica a esta revista.
Tanto Torrente, Slapka, Maglietti como Vannucci son cuatro musas que ahora buscan su propia inspiración.
Fotos: Nacho Sánchez y Luciana Granovsky.
jueves, 21 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario